miércoles, 24 de octubre de 2007

ALTO AL RACISMO

De la Agresión racista a una menor ecuatoriana en metro de España

La Guardia Civil ha hecho pública la detención el pasado viernes de un joven de Santa Coloma de Cervelló (Barcelona) acusado de agredir física y verbalmente a una menor en los Ferrocarriles de la Generalitat por ser ecuatoriana.

Desde ese día, la joven tiene fobia a salir a la calle y está en tratamiento psicológico, no es para menos después de todo cuando viajas, no esperas recibir un toquetón de pecho y una patada voladora en la cara. A no ser que seas un competidor de karate rumbo a un torneo.

Los movimientos antiracistas de Catalunya buscan la mejor forma de entregar pruebas para el veredicto en la “sentencia ejemplar” del juez al cual se ha entregado el caso. Luego de que el agresor fuera puesto en libertad con el justificativo de no haber cometido asesinato solo con antecedentes de robo.

Un juicio, ¿resuelve los traumas psicológicos? ¿Le devolverá el sueño durante las noches a la menor ecuatoriana, conocer la mal fingida justificación de su agresor frente a la prensa: “ estaba muy borracho y la muchacha “no se lo merecía”?. Tranquilidad sinónimo de Indiferencia “si no hay moretones en el cuerpo no es agresión física”.

De aquí que si eres víctima de violencia debes acudir a los tribunales con el brazo que te arranco tu agresor, en el brazo que te quede. ¿Que clase de mente tiene este joven de 21 años para jugar a Hitler y querer amedrentar a la gente latina?

¿Será acaso la misma visión eurocéntrica con la que llegaron los españoles a conquistar a nuestros indios nativos?. Destruyendo su legado histórico, sus imaginarios culturales bajo el criterio científico de que la experimentación comprobaba que no tenían alma. Y por lo tanto eran igual a los animales.

No por ser blanco, negro, pardo, amarillo o azúl dejas de respirar el mismo aire.

De seguro este no es un ataque único, simplemente es uno más porque estamos tan globalizados, bombardeados por la violencia en la televisión y en el cine al presenciarla en lo cotidiano simplemente miramos desde fuera. Y lo que es peor ya ni siquiera existe una concentración en lo que haces puedes hacer más de dos cosas a la vez. Puedes matar a alguien mientras hablas por celular sin siquiera perder tu parada del bus.
Laura Aragón